No se proclama la inocencia a gritos. Uno dice la verdad en voz baja porque sólo el silencio es más fuerte que los gritos y la verdad es lo más fuerte que hay. Por lo tanto, no debes ser demasiado honesto después de la medianoche. Molestarías a los vecinos.
(Extracto de una sátira sobre Kung-Fu publicada en la edición argentina de la revista Mad.)