Cuando tenía 12 años estuve encerrado 3 días en un ascensor. Y no, no me quedó ninguna fobia a esas cajas miserables que sirven para apiñar gente y llevarla de arriba a abajo.
Cuando tenía 12 años estuve encerrado 3 días en un ascensor. Y no, no me quedó ninguna fobia a esas cajas miserables que sirven para apiñar gente y llevarla de arriba a abajo.