Uno se levanta decidido a dominar el mundo, entonces llega el mediodía, el almuerzo, la siesta y a la tarde ya no es hora para semejante tarea.
Quedará para mañana.
Uno se levanta decidido a dominar el mundo, entonces llega el mediodía, el almuerzo, la siesta y a la tarde ya no es hora para semejante tarea.
Quedará para mañana.