—Oíme.
—Sí.
—Qué te iba a decir…
—Decime.
—Qué.
—Lo que me ibas a decir.
—¿De qué?
—No sé, si no me lo dijiste.
—¿Qué cosa?
—Eso.
—¿Qué?
—Nada, dejá.
La punta de la lengua
j j j
—Oíme.
—Sí.
—Qué te iba a decir…
—Decime.
—Qué.
—Lo que me ibas a decir.
—¿De qué?
—No sé, si no me lo dijiste.
—¿Qué cosa?
—Eso.
—¿Qué?
—Nada, dejá.
—Tengo un amigo sabe mucho de vinos.
—¿Sí?.
—Sí, el otro día consiguió un incurable.